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Inmótica: Edificios inteligentes y automatizados

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¿Por qué la inmótica es el futuro de la construcción en Europa?

En un contexto de emergencia climática y transformación digital, los edificios inteligentes (smart buildings) y la inmótica se posicionan como piezas clave para lograr los objetivos de descarbonización de la Unión Europea. Desde que en diciembre de 2021 la Comisión Europea publicara el documento “Making our homes and buildings fit for a greener future”, el impulso normativo no ha hecho más que intensificarse. No es para menos: los edificios representan el 40% del consumo energético en Europa y el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la energía.

Esta situación amenaza los compromisos climáticos del Pacto Verde Europeo, especialmente los establecidos para 2030 y 2050. Por ello, la UE promueve un cambio estructural del sector a través de directivas, fondos y regulaciones que impulsan la rehabilitación energética y la digitalización. El resultado es un nuevo paradigma constructivo en el que la eficiencia energética, el control inteligente y la sostenibilidad – facilitados por la inmótica – son requisitos indispensables.

Iniciativas europeas y el impulso al Smart Energy Building

La propuesta de revisión de la Directiva de Eficiencia Energética y la nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) forman parte del paquete climático “Fit for 55 package”, que busca reducir en al menos un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.

Algunas medidas clave:

  • Incremento del objetivo anual de ahorro energético del 0,8% al 1,5% entre 2024 y 2030.
  • Obligación de rehabilitar un 3% anual de los edificios públicos para convertirlos en edificios de consumo casi nulo (NZEB).
  • Objetivos más ambiciosos de reducción del consumo de energía primaria y final (39% y 36% respectivamente).
  • Implementación gradual de un sistema independiente de intercambio de emisiones destinado a los sectores de la construcción y el transporte vial.

Además, se ha creado el Fondo Social para el Clima, que busca evitar que la transición energética aumente la desigualdad. Este fondo financiará reformas energéticas en viviendas vulnerables, incluida la instalación de sistemas de calefacción y refrigeración más limpios y eficientes, con tecnologías basadas en inmótica.

Inmótica y gestión inteligente de edificios industriales

En este contexto, la inmótica se convierte en un aliado esencial. Esta disciplina tecnológica permite gestionar de forma automatizada e inteligente los sistemas técnicos de edificios no residenciales, como oficinas, hoteles, supermercados, hospitales o naves industriales, transformándolos en auténticos smart buildings.

Las funciones de la inmótica más destacadas incluyen:

  • Regulación automática de refrigeración, calefacción, iluminación, climatización, aire acondicionado y ventilación.
  • Control centralizado y creación de rutinas adaptadas al uso del edificio.
  • Sistemas TBM (Technical Building Management) para el análisis energético, la detección de fallos y la optimización de recursos, es decir; Creación de informes sobre las condiciones de la instalación, los consumos y las opciones de mejora. Identificación y diagnóstico de errores en las instalaciones y en sus sistemas.

Las ventajas de la inmótica son claras:

  • Entre un 20 y un 40% de ahorro energético en frio industrial.
  • Ahorro de hasta un 60% en iluminación y hasta un 30% en climatización.
  • Mejora del confort y la productividad.
  • Reducción de emisiones y costes operativos.
  • Mayor vida útil de los equipos gracias al mantenimiento predictivo.

Frio industrial inteligente: un pilar clave de la inmótica

En el ámbito industrial y agroalimentario, la refrigeración representa uno de los mayores consumos energéticos. Un smart building equipado con una solución inteligente basada en inmótica puede monitorizar y optimizar los sistemas de frío, detectar desviaciones de rendimiento, prever averías antes de que afecten a la producción y aprovechar fuentes renovables o energías residuales (como el calor de condensación) para otros usos térmicos del edificio. Todo esto es posible gracias a sistemas avanzados de inmótica que permiten una integración total entre eficiencia energética y automatización.

Las tecnologías de gemelo digital y plataformas de supervisión energética como Gradhoc permiten además correlacionar datos de consumo con variables externas (temperaturas, carga térmica, producción) y generar alertas, eventos y acciones automáticas que faciliten la toma de decisiones basada en datos.

El smart building no es solo el futuro de la construcción: es el nuevo estándar que ya está transformando el parque edificatorio europeo. La combinación de automatización, digitalización, eficiencia energética y energías limpias, integradas mediante sistemas inmóticos, es la respuesta más efectiva a los retos climáticos, económicos y sociales que enfrenta Europa.

En este camino, la inmótica aplicada al frio industrial y la gestión térmica de los edificios, es uno de los pilares tecnológicos clave en un ecosistema inteligente que busca reducir consumos, minimizar emisiones y mejorar la competitividad de las empresas europeas en un mundo cada vez más regulado, digital y descarbonizado.

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