Sí, se necesitaría un ordenador industrial y sería necesario evaluar la instalación actual del cliente para determinar si se necesitan componentes adicionales.

Sí, siempre que tenga capacidad de comunicación industrial.

En la mayoría de los casos, sí.

El mantenimiento preventivo consiste en inspeccionar las instalaciones y analizar su estado en un momento puntual, durante el mantenimiento programado.
Sin embargo, las averías pueden producirse aleatoriamente (en cualquier momento).
Si bien es cierto que el mantenimiento preventivo puede ayudar a reducir las acciones correctivas, no controla continuamente la evolución de una instalación y, por tanto, no puede predecir averías ni ejecutar acciones automáticas.

A menudo se consume mucha más energía de la que realmente se necesita.
Con Gradhoc, podemos optimizar los parámetros operativos y los horarios de funcionamiento de diversos equipos (por ejemplo, un compresor que, en lugar de funcionar continuamente, lo haga durante los periodos valle, cuando las tarifas eléctricas son más bajas).

Además, se puede incurrir en facturas eléctricas más elevadas debido a condiciones contractuales que no se han revisado de acuerdo con las necesidades reales (tras aplicar estos cambios en parámetros, horarios, etc.).
Es esencial revisar las condiciones contractuales, como la potencia contratada, los tipos de tarifas, etc.

La instalación es sencilla.
Cuando se considera la Industria 4.0, a menudo se tiene la percepción de un proceso largo que requiere una adaptación tecnológica y una inversión significativas.
Sin embargo, con Gradhoc, este proceso se simplifica al máximo sin interrumpir los procesos de producción industrial.

El sistema es escalable.
El cliente puede empezar con una configuración mínima e ir añadiendo gradualmente más puntos de medición.

Lectura e integración multimarca.
Gradhoc es multiprotocolo y multimarca, lo que permite la integración con los dispositivos que ya tenga el cliente, a diferencia de otros sistemas que sólo “leen” sus propias marcas.