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Indicadores energeticos en la industria

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Introducción

Los KPI (indicadores clave de desempeño) son parámetros que permiten medir de forma fiable el avance de las empresas/organizaciones hacia la consecución de objetivos estratégicos. Este interés por obtener información objetiva sobre una empresa siempre ha existido en el mundo de los negocios; no obstante, no ha sido hasta las últimas décadas cuando se ha extendido su uso de forma específica, medible, alcanzable, relevante y acotada en el tiempo (SMART). Este análisis se puede aplicar a cualquier aspecto de relevancia para un negocio.

¿Qué son los indicadores eficiencia energetica?

En la industria, además de los KPI relacionados con aspectos financieros, son fundamentales los indicadores energeticos, tanto por motivos económicos como por reputación corporativa y por compromiso medioambiental. Por este motivo, se establecen una serie de indicadores de consumo energetico, de uso de la energía y de eficiencia llamados IDE (indicadores de desempeño energetico), que se dirigen a conocer (con datos cuantitativos) el estado y evolución de una empresa en este ámbito. Es decir, los indicadores eficiencia energetica establecen y explican la relación entre el consumo de energía y otros componentes de la actividad industrial como la actividad humana, la productiva y las emisiones.

Para establecer indicadores eficiencia energetica, sin embargo, hay que distinguir los factores ajenos a la actividad de la industria que impliquen variaciones en el consumo (como los cambios de estructura económica o en los niveles de producción) de los cambios en la intensidad energética. Según la IEA (International Energy Agency) un correcto uso de los IDE implica utilizar un método de descomposición que permita cuantificar y separar el efecto de cada variable individual en el consumo.

En conclusión, las características de los indicadores de desempeño energetico son las que mencionamos a continuación.

  • Son valores cuantitativos.
  • Se identifican y se escogen en función de las necesidades particulares de la empresa/institución.
  • Permiten obtener información desglosada sobre la optimización de la eficiencia.
  • Deben relacionarse con una línea base, con la que deben contrastarse.
  • Se complementan con un informe en el que se explican los métodos y los procesos a los que se ha recurrido para la identificación, obtención y monitorización de la información pertinente.
  • Son multidisciplinares, puesto que implican la colaboración de representantes de varias áreas.

En relación con este último punto, debemos mencionar que, tal y como subrayamos en nuestro artículo sobre la ISO 50001, es crucial implicar a toda la organización en los esfuerzos de la empresa por cuidar el medio ambiente a través de la gestión energética. Por este motivo, el análisis e incorporación de los indicadores eficiencia energetica debe estar a cargo de un equipo multidisciplinar liderado por un representante de la dirección, debiendo contar, además, con personal de las áreas de producción, I+D+i, gestión de proyectos, mantenimiento, construcción, comunicación, legal y capacitación.

Pasos para establecer indicadores energeticos

Una vez aclarado qué son los indicadores de desempeño energetico, explicaremos los pasos que se suelen seguir para elegir unos IDE adecuados y eficaces.

Establecer los consumos energéticos clave

Al igual que pasa con los KPI, lo primero que una empresa debe hacer para establecer unos IDE útiles es identificar los elementos de su actividad que tengan mayor trascendencia en el desempeño energético, así como una influencia significativa en el rendimiento global de la compañía. Usualmente se priorizan los ámbitos de mayor consumo, pero se pueden seleccionar otros relacionados con un área de actividad, un proceso, etc.

Así mismo, en este primer paso deben identificarse las líneas de base energética iniciales (los valores cuantitativos que se utilizarán como referencia) para compararlas con el/los IDE correspondiente(s) y, de este modo, saber si se ha progresado. Por tanto, las líneas:

  • Están limitadas en el tiempo. Normalmente se toma como referencia un año del que tengamos datos abarcadores y rigurosos.
  • Comprenden los factores que influyen en el gasto energético que se pueden estandarizar.
  • Sirven para computar el ahorro energético y para la revisión de los procesos de optimización establecidos.

Indicar las variables a estudiar

Cada uno de los consumos que se han identificado en la etapa anterior están condicionados por una serie de variables. En este segundo paso es crucial llevar a cabo un estudio estadístico que nos permita saber cuáles son las variables que influyen en esos consumos.

Para los indicadores energeticos en la industria se puede establecer un número extremadamente alto de variables, pero, en todo caso, hay que tener en cuenta que cada negocio puede variar el numerador y el denominador de la ecuación según sea el tipo de consumo que quiere medir y el elemento con el que quiere relacionarlo.

Numerador:

Las variables que se incluyen en el numerador permiten conocer el tipo de consumo y ponerlo en relación con distintos denominadores.

  • Energía total: por ejemplo, consumo total / cantidad de (x)
  • Energía parcial: por ejemplo, consumo energía solar / cantidad de (x)
  • Energía del proceso: por ejemplo, consumo del proceso de congelación / cantidad de (x)

Denominador:

Esta variable de la fracción es la que indica el elemento con respecto al cual se mide el consumo energético y, consecuentemente, hace variar la unidad de medida según:

  • El tipo de producto: por ejemplo, unidades/litros/kilogramos de (x)
  • La fase: por ejemplo, cantidad de subproducto/producto intermedio/final

Para el sector servicios, en comparación, no es tan fácil este proceso, pues resulta complejo cuantificar un servicio prestado. Así, se intenta que los IDE relacionen el consumo de energía con características que sí sean medibles, como el número de horas trabajadas, la cantidad de empleados o la superficie del local. En el sector comercial se produce una situación similar.

Toda esta serie de casuísticas nos permiten distinguir dos tipos de IDE según su alcance.

  • Productivos: son los realmente útiles para los responsables operacionales, dado que ofrecen información sobre la optimización del proceso productivo y su efectividad. Son aquellos que miden, por ejemplo, el rendimiento de una instalación de frío.
  • Globales: son los más interesantes para la directiva, pues miden variables estratégicas (como el gasto energético por volumen de negocio) que determinan la toma de decisiones.

Obtención de los datos

Los pasos 1 y 2 ya nos han permitido identificar los IDE y comprobar su validez; pese a ello, estos no serán de utilidad sin contar con unos datos actualizados con la frecuencia suficiente, la cual dependerá de la variable en sí, de lo sencillo que sea obtener los datos y de la aplicabilidad de los mismos.

Por tanto, siempre es aconsejable escoger variables cuyos datos sean fácilmente accesibles a través de métodos automatizados que permitan evitar manipulaciones accidentales de la información. Con este fin podemos hacer uso de herramientas como Gradhoc.

Gradhoc es un software desarrollado por expertos en frío industrial y comercial con años de experiencia en el sector que permite monitorizar en tiempo real tus instalaciones (estado, consumo, fuentes de energía disponibles, etc.) sin importar su localización. A partir de estos, Gradhoc genera paneles de control personalizados para dar respuesta a las necesidades específicas de cada usuario, permite automatizar procesos y crea un historial de datos. Esto, a su vez, posibilita un consumo energético adaptativo en función de las necesidades operativas de producción.

Si no se cuenta con un programa como Gradhoc, es posible que no se disponga de datos en tiempo real. En estos casos, se puede utilizar una aproximación del consumo energético mensual por potencia nominal por horas de trabajo, aunque, evidentemente, los resultados no serán los óptimos.

A esta información, como vimos, hay que sumarle los factores que influyan en el consumo (aunque sean externos al proceso productivo), puesto que sin ellos no se podrán controlar correctamente las variaciones.

<h3″>Limitar la cantidad de IDE

Los IDE son extremadamente útiles y, pese a ello, establecer una cantidad desmesurada de ellos, especialmente en las primeras etapas de su implantación, puede resultar contraproducente.

Esto es así porque, como explicamos, los indicadores energeticos implican la extracción continua de datos y, consecuentemente, se deben dedicar recursos materiales y humanos a este proceso. Si la cantidad de datos que debemos obtener es demasiado alta, puede ser que el gasto en fuerza de trabajo y en herramientas de monitorización supere a los ahorros generados por la implantación de estos indicadores eficiencia energetica.

Por otra parte, se debe tener en cuenta que los IDE no son estáticos, sino que cambian si dejan de ofrecer información táctica acerca del desempeño energético o si se han producido alteraciones significativas en los factores estáticos.

Relacionar los IDE con metas energéticas concretas

Al igual que los KPI, los indicadores de desempeño energetico se deben corresponder con objetivos SMART, es decir, specific, measurable, attainable, realistic y timely (específico, medible, alcanzable, realista y temporal). Esta es la única forma de asegurarse de que los esfuerzos realizados para establecer unos IDE y obtener y analizar los datos correspondientes tiene una repercusión real en la actividad industrial.

Creación e implementación de un plan de acción

Todos los pasos anteriores nos ofrecen material de alto valor para la gestión, pero este no nos aportará una mejora en la eficiencia energética si no se elabora una hoja de ruta adecuada. Para ello, es necesario:

  • Definir cuáles van a ser las acciones de optimización. Deben ser abarcadoras, es decir, posibilistas, pero apegadas a la realidad.
  • Elegir a los responsables de ejecutar cada uno de los pasos.
  • Acordar los plazos de tiempo para llevarlos a cabo.
  • Monitorizar los resultados asiduamente.

Beneficios de implementar indicadores de desempeño energetico

Para terminar con esta entrada podríamos crear una nómina sumamente amplia con las potenciales ventajas de realizar una inversión en materia de eficiencia energética, puesto que abarca desde beneficios económicos hasta mejoras en la imagen corporativa. Sin embargo, a continuación, señalamos las que creemos más importantes.

  • Aumento de la rentabilidad del negocio a través de la disminución de los gastos de producción.
  • Incremento de la competitividad gracias a un autoconocimiento superior.
  • Identificación de oportunidades de mejora (renovación de equipo, uso de nuevas tecnologías, etc.).
  • Rebaja en el consumo energético, lo que implica una menor huella de carbono.
  • Gestión efectiva de las variables energéticas.
  • Mayor compromiso medioambiental entre la fuerza de trabajo.
  • Mayor facilidad para la implementación de otros sistemas de gestión.
  • Obtención de datos objetivos para la dirección de la empresa.
  • Cumplimiento de la legislación vigente.
  • Mejora de la reputación corporativa gracias a la comunicación interna y externa de los hitos alcanzados en materia de eficiencia energética.

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